Nadie parecía preveer este final. Que llegara el momento en que un gol de penalty de Didier Drogba entregara el máximo galardón europeo para el Chelsea. Que este jugador pareciera no tener sangre por las venas, que el corazón parezca no agilizar las pulsaciones de unos nervios que no se apreciaron en este maduro jugador. El marfileño es un futbolista contrastado, que le faltaba este título para acreditarse como uno de los mejores delanteros. Se ha trabajado este título como el solito, bregado en cada partido y constatando el trabajo táctico en torno a su fuerza y corpulencia. Además de goles decisivos en el momento y contra el rival adecuado. El paso del Chelsea por la Champions ha sido mas que criticada. Yo mismo lo daba por muerto tiempo atrás cuando vi la ida de los octavos contra el valiente Nápoles. Pero la llegada de Di Matteo fué isótonico para el equipo, que consiguió remontar en Stamford Bridge.
El técnico italiano fué realista y centro sus máximos esfuerzos para Europa viendo la dificultad de la Liga. Finalmente consiguió el título y preparar la próxima campaña con la clasificación para disputarla el próximo año.
El zarpazo final lo asestó Drogba en el momento clave y en casa del propio enemigo. Y los títulos le pese a quién le pese los gana quién mas lo merece.
Dani el Pulga
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