El Bilbao estuvo demasiado pendiente del astro argentino, lo que propició que un jugador sobremotivado devorase cada rechace y segunda jugada. Y así llegaron sus dos goles. El otro de quién sino, del que marca en todas las fiestas. Pero Pedro aprovechó cada momento de nerviosismo de la zaga vasca para sacar provechó. Y buscó continuamente esas segundas jugadas y los apoyos de cara. Todo dedicado a quién le ofreció crecer tanto en el filial como en el primer equipo, Pep Guardiola. Que consiguió su último título posible, y así suman catorce en cuatro años.
Bielsa en cambio no supo sacarse ningún as de la manga, pues su equipo esta muy bien trabajado pero con pocas opciones B. Y Guardiola supo detener las virtudes de su maestro. Por lo que optó en rueda de prensa en asumir las culpas de su segunda final perdida, lo que no quita de apludir su grandiosa temporada al frente de este equipo territorial.
Mención aparte la de Xavi, que cedido por el lesionado Capitán levantó el trofeo. Y en el campo volvió a dar una nueva lección de como distribuir espacios, tiempo y balones. Parece tener en su cabecita un GPS a la vez que un reloj para verificar cuál es la mejor de las opciones al momento. Su manera de pensar es sistemática, y ayer tenía sabido como el centro del campo rival intentaría desactivarle. Por lo que cambió algunos de sus movimientos habituales para hacerse amo y señor de su parcela.
Con esta Copa quizás hayamos podido despedir al mejor ciclo de equipo de todos los tiempos. Y veremos si su brazo derecho ahora es capaz de prolongar en condiciones el legado.
Dani el Pulga
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