LOS ROJIBLANCOS TUVIERON MAS POSESION Y ACERCAMIENTOS. CANELLA ERRO EN LOS DOS GOLES. LA MORAL ROJIBLANCA SE APRECIADESTRUIDA. LOS CAMBIOS DE CLEMENTE LO PEOR.
Otro partido del Sporting, otra derrota, otra mala imagen. Se acudía al Coliseo sabeedores de que el descenso asturiano es casi un hecho. Aún así, unos quinientos aficionados se desplazaron hasta la capital para animar al equipo. Pero las rarezas enseguida hicieron acto de presencia, pues la alineación del de Barakaldo volvióa ser un experimento. Con Lora y Rivera en el centro por delante de la defensa; con Ayoze por la izquierda y Colunga en la punta de ataque desviando a Barral al banquillo.
El partido pareció comenzar con cierto dominio rojiblanco. A pesar de ser el equipo visitante y el último de la tabla, se hacía con el mando del balón y se hacían constantes los acercamientos. Pero como ha sido la costumbre esta temporada faltaba morder arriba. Enfrente, el conjunto azulón aguantaba bien con un presente Míchel. Que junto a Diego Castro formaban la pareja de caras conocidas. Pero mediada la primera mitad el mazazo llegó tras una falta lateral, la cantinela tantas veces vista. Esta vez un fallo en el marcaje de Canella a Miku facilitaba el cabezazo a portería. Volvían las caras largas e inseguridades.
El conjunto madrileño parecía seguir entregando la batuta a los gijoneses, pero los acercamientos seguían sin convertirse en ocasiones. Salvo excepciones. Pues cuando el balón llegaba a las líneas ofensivas, Ayoze y trejo parecían aportar poco en ataque.
Mas experimentos tras el descanso. Entraba Barral, sustitullendo a Rivera. Movía a Colunga a la izquierda y Ayoze al puesto de Rivera. Lo que construía un doble pivote con jugadores fuera de sus puestos naturales. Lora aportó lucha, pero no es su puesto para ofracer juego. Mas tarde entraría Cases en lugar de Ayoze. Y finalizando el encuentro sacaban al mejor juagdor rojiblanco, Colunga, para dar entrada a Carmelo. Que solo supo estar fuera del partido. Entre medias de este desconcierto, Diego Castro marcó de volea a espaldas de Canella, que únicamente lo vigiló cuando no lo celebró.
Sensaciones de tristeza y decadencia. El Sporting no jugó del todo mal, pero faltaron algunas reacciones que parecen olvidadas ya durante varios encuentros. Y palpable fué la sensación de tener la posesión del balón y no saber como usarla.
Dani el Pulga
No hay comentarios:
Publicar un comentario