El Valladolid volvió a su imagen de equipo potente que presenta su firme candidatura al ascenso. Tras un mes de Marzo que parecía un bache notable, lo ha terminado con un encuentro soberbio. Soberbio no porque hiciera el mejor fútbol del mundo, sino porque supo en todo momento a qué y como jugar.
Sus jugadores franquicia funcionaron todos. Pero por encima de todos sobresalió Sisinio, que no se cansó de correr ya fuera con o sin pelota, para atacar o defender. Muestra de ello fué el segundo gol, en el cuál el mismo robó una pelota en el centro del campo, sorteó a los rivales que se cruzaron, y con un toque sútil puso el gol inalcanzable para el guardamenta. Aunque inalcanzable no era el balón por alto que entregó para que Javi Guerra hiciera el que abría la lata. Ni el balón que dejó suelto tras un córner que supuso la lapidación de su equipo, cuando Álvaro Rubio marcó al filo del descanso. Ese gol fué todo un golpe moral. Ya que el conjunto soriano no había sido tan inferior, pero el buen juego pucelano castigó cada error local.
Ya en la segunda mitad los de Djuckic jugaron con la ventaja. El toque de balón se hacía cada vez mas largo, y se buscaban los espacios para florecer aún mas el marcador. Un gol de falta de Julio, que desvió la barrera, hizo pensar en que aún quedaba partido. Pero un fuera de juego mal tirado y el hambre de Javi Guerra hicieron apagarse los sueños de remontar. El último cuarto de hora pudo haberse olvidado, pues nu hubo encuentro, sobraba.
Un resultado que demuestra los porques de la clasificación y mantiene al Valladolid en lo alto de los play offs. Sin olvidar que a principios de este mes estaba en segunda posición de la tabla.
Dani el Pulga
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