Nuevo encuentro en el que se quedan en el aire muchas cosas que recapacitar para el equipo. Porque el encuantro para cuando comenzó para los gijoneses ya estaba 2-0 en dos graves errores por la zona de Canella. Y a partir de ahí, un Sporting inoperante en ataque y una Real que bien podría haber marcado algún gol mas. La imagen de la primera parte fue de un equipo que deambuló sobre Anoeta sin corazón ni cabeza. Canella no hacicaba bien su banda, Gregory se lesionó enseguida, Carmelo demostraba porque suele calentar los banquillos, Trejo chupaba la bola al mas puro estilo Messi pero sin saber y pocos balones de ataque pasaban por Bilic, nuestro delantero hoy.
Ya en la segunda parte Manolo les debió cantar las cuarenta, quizás el tempranero gol antes del primer minuto les envalentonó hacia la remontada. Al menos ofreció imagen de quererlo intentar, pero numerosos fallos en pases aparentemente fáciles dificultaban mucho las creación. Aún así caía alguna ocasión asturiana, con un balón al larguero inclusive. Pero llegó la lacra de este sporting, los corners. ¿Como se puede rematar con el pie dentro del área pequeña uno de estos lanzamientos? Los rojiblancos tienen la respuesta. Ellos hacen el espacio y el adversario entra a rematar. A ver si el remate va al muñeco...
Y a partir de ahí se acabó toda esperanza. pesó ese tercer gol como una pierna de elefante sobre el equipo, y se vino abajo. A lo que la Real aprovechó para acicalarse y redondear el marcador en una cifra mas estética. Tantos goles como dedos de una mano, y bofetada al canto.
El banquillo ya parece tener un fogón para el de Astilleros en el asiento, cada vez le quema mas, cada vez hay menos seguidores hacia él. Y el próximo partido en El Molinón, ante otro rival directo, puede ser de juicio, tanto de la afición como de sus superiores.
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