Se acabó el culebrón de la temporada, a no ser que a alguno le de por querellarlo o denunciarlo donde sea. Y digo de la temporada porque lo las quejas presionadoras de los grandes hacia el conjunto arbitral son continuas cada año.
Parece ser que la diosa fortuna quiso elegir la ribera del manzanares para la disputa de la final. Los vascos ahora pedían La Cartuja de Sevilla para el encuentro, y los catalanes el campo del Atlético de Madrid. Y se salieron estos últimos con la suya, puesto que el sorteo les salió de cara.
Fué uno de los escenarios ofrecidos nada mas conocerse el enfrentamiento, pero que si la distancia y/o el aforo no eran los adecuados, se había desechado. Y por la condición de disputarse el dia 25, ya que dias antes hay un concierto de Cold Play. Pero tras ciertas polémicas las situaciones se tornaron. Así que ya tenemos dia, hora y lugar, después de la pobre imagen ofrecida con tanta discusión, opinión y mala organización.
Unos se empecinaban en hacerlo en la misma ciudad, pero en el estadio blanco. Quién sabe si por aforo, morbo y/o cabezonería. Y otros en alegar unos trabajos emergidos de la poca caballerosidad. O de la envidia y el miedo, quizás. El caso es que esto ha dado para rellenar muchas páginas. Páginasd rellenas de pitidos al himno nacional, de opiniones y críticas, de distancias, de aforos, de enemigos, de tirrias y revanchas.
Al fin tenemos nuestra final de Copa, aunque a mi no me llena ni de orgullo ni de satisfacción la manera en que se ha gestionado.
Dani el pulga
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