MOURINHO PLANTEA UN PARTIDO TIPICO DE EL Y ALONSO LO LLEVA A CABO. RITMO LENTO CON CESPED ARTIFICIAL Y AMBIENTE HELADO.
Soso, lento, pesado... pero muy tactico. El entrenador portugués quiso ofrecer un partido como acostumbra para la ida de las eliminatorias, principalmente cuando juega en casa. Basa la estrategia en no recibir gol alguno y solventar el pase en su estadio. Xabi Alonso lo entendió a la perfección y asi lo quiso demostrar. Supo manejar el tiempo de partido a como lo querían. Empezando por tantear el suelo que pisaban, la temperatura y el rival.
Costó hacer la primera ocasión, y mas cuando basan en tener la pelota sin arriesgarla. Y esperar el error ruso para intentar adelantarse. Y así lo hicieron. Una buena presión de Higuaín y un posterior despeje defectuoso de la defensa propicio el tiro franco de Cristiano Ronaldo, que fusiló con su zurda. hecho lo mas importante, pues a dormir el partido. Y si se terciaba y se podía, intentar agrandar la distancia con otro gol. Por parte local sólo destacaban los intentos de desborde de Musa, ágil y veloz. Pero a parte de ser una isla, los defensa blancos se lo tenía bien estudiado, no creo peligro alguno. Mientras alguien quería animar el cotarro y calentar a algún que otro jugador merengue. Ese fué Wernbloom, que sin ser violento, si que utilizó una agresividad exagerada en cada una de las acciones que podía. Raro que la única tarjeta se la sacaran por un agarron a Ozil en la segunda parte. Segunda parte que seguía por el mismo camino. Pero avanzada esta el CSKA adelantó líneas sabeedor de que el resultado le dificultaría mucho la remontada en el Bernabeu. Algo que podría favorecer los contragolpes merengues. Pero el césped artificial de Moscú no favorece las cabalgadas. Quedó retratado Cristiano, que en numerosas carreras por la banda se le escapaba unos centímetros cada balón, lo que hacía que el defensa pudiera meter la puntera. Mou reforzaba la fortaleza defensiva con la entrada de Albiol por Ozil, para intentar controlar los balones altos que bombearían los rusos. Y cuando el Madrid se llevaría una buena renta en un partido que parecía no haber sido muy exigente pero duro por la temperatura, llegó la lápida que lleva arrastrando desde este 2012. Gol a balón parado. Una falta lejana en el 93´ que encadenó una serie de errores defensivos y acabó en las mallas de Iker. El Moscú consiguió cabecear el balón dos veces antes de que llegara a la pierna derecha de Wernbloom. El jugador sueco que había calentado los cuerpos merengues, ahora calentaba las gargantas moscovitas con su tanto. Una jugada que no debe empañar que el uno a uno sigue siendo un buen resultado, pero que debe obligar a otro tirón de orejas del míster portugués a varios de sus pupilos. Y de puertas para adentro siempre mejor.
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