LAS LAGRIMAS DE LORA

Se acabó la agonía, y se consumó la trajedia. Nadie como Alberto Lora para ser la imagen del dolor sportinguista. Tras el pitido final se derrumbó y sus lágrimas siguieron la misma gravedad que la del equipo. descendieron por su cara para derramarse en el verde del Molinón.

Todavía nose si me duele mas el descenso a segunda división o ver llorar a un jugador de su grandeza en este conjunto. Historia viva este chaval. Si alguien siente es él. Sin menospreciar a otros. Pero el salió Las Rozas para crecer en Mareo. Tras luchar en el primer equipo encontró la estabilidad de la titularidad a consecuencia de un capitán como Rafael Sastre. Ayer concretamente, Lora era capitán rojiblanco. Se hizo con la titularidad a base de trabajo en un puesto que no era el suyo natural. Un jugador nacido para la banda y que en este final de campaña ha sido desplazado al puesto de pivote. Sin bajar nunca los brazos luchó con todo lo que pudo en esa demarcación. Cortando y distribuyendo.
Su gol, que significaba el empate, era el fiel reflejo del que empuja sin desfallecer. Del que insiste hasta el fin de la esperanza. Demostrando que la cabezonería en ocasiones tiene su premio. Pero ese fruto no es suficiente, se necesita a todo un equipo para sujetar los partidos.
Contra el Villerreal, el Sporting volvió a fallar en el momento crucial. Se sabe de una mala temporada en casi todos los aspectos. Se sabe de lo que costó ascender al equipo a primera. Una década está marcada en la cabeza de Lora. Y durante cuatro temporadas se ha sabido lo difícil que es mantenerse arriba. Ahora solo queda que nos parte un Rayo.
Un corazón rojiblanco así, vive en rojiblanco. Y ayer le tocó dejar caer lágrimas rojiblancas, por mas que el quisiera aguantarlas.

Dani el Pulga